miércoles, 18 de enero de 2012

EL GUSANILLO DE LA LECTURA


La mayoría de nosotros hemos recibido una educación tradicional, donde el juego apenas se dejaba para días especiales como Navidades, vísperas de vacaciones de verano o Carnaval. La teoría era lo más importante, el silencio y la escucha activa lo más valorado por los profesores y sin embargo, el fracaso escolar ha invadido nuestro país con más fuerza que nunca. ¿Algo falla verdad? Pues, arriesguemos, busquemos la novedad, averigüemos qué les gusta a los niños, ofrezcámosles una educación interesante, amena, que resuelva sus dudas e inquietudes.


Uno de los grandes problemas que hemos encontrado en los últimos años, ha sido la falta de motivación que muestran los niños y adolescentes, en especial hacia el área de Lengua Castellana y Literatura y Matemáticas. Si hay tanto fracaso y tanta falta de interés ¿no nos tendríamos que plantear que el problema no es suyo, sino de profesores o métodos de enseñanza?

Cuántas veces hemos escuchado: “a mi hijo no le gusta leer” “no paran de ver la televisión y los libros de adorno”. Estas frases inundan las casas de familias españolas.






Sí, admitámoslo, a la mayoría de los niños no les gusta leer y no es su culpa. A mi tampoco me gustaba, pero a la inmensa mayoría de mis compañeros y amigos, tampoco. Desde pequeños nos han obligado a leer libros que no escogíamos y no entendíamos. Libros que teníamos que leer en un periodo de tiempo determinado y tras esa lectura, casi angustiosa, sabíamos que nos esperaba un difícil examen; esa era la única recompensa que obteníamos tras leer el libro. ¿Os gustaría leer un libro bajo esas condiciones?

A mí personalmente me horrorizaba, hasta que descubrí un verano el placer de leer por leer. Escoger yo el libro, perderme en su historia, descubrir lugares e imaginar a los personajes, disfrutar… ¡Me metía en otro mundo tan apetecible con sólo abrir sus páginas! Y nadie tenía nada que preguntarme; nadie tenía porqué interferir en mis pensamientos y sentimientos. Era una relación mía con el libro.

  ¡ Y menos mal que fue así! Salvada a pesar del “machaque” del colegio. ¿Es esto normal?

Por tanto, hay que fomentar y descubrir nuevos métodos que animen a los más pequeños a leer, a soñar, a imaginar y a descubrir nuevos mundos. Acercarles a la literatura de forma divertida y no por obligación; meterles el “gusanillo” en el cuerpo. Me parece algo precioso y uno de los “favores” más grandes que podemos hacer por ellos y que sin duda, aplicaré el mismo día que pise un aula.



Todo esto evidentemente es pura teoría y suena muy bien, pero he de afirmar con gran orgullo, que este tema me ha ayudado, me ha hecho descubrir nuevas formas de enseñar, nuevas formas de divertir a los niños y en definitiva de animar a los más pequeños a que abran un libro, sin presiones, sin angustias, sin exámenes, y que disfruten, que disfruten tanto como cuando ven su serie favorita. 


Tanto la realización de la actividad del bloque, como la investigación que he tenido que realizar para elaborar un buen bloque teórico, me han aportado algo más de confianza, de sabiduría y de conocimiento, que me impulsa a innovar, a introducir en el aula nuevos "aires", a enfocar la lectura de una forma distinta e interdisciplinar, a través de divertidos talleres, de la pintura, de la creación literaria y de la intriga, con un único objetivo: que mis alumnos sean futuros lectores y amantes de los libros.


No hay comentarios:

Publicar un comentario