lunes, 2 de enero de 2012


CREACIÓN LITERARIA:


Poco a poco hemos ido ampliando nuestros conocimientos sobre literatura y cómo llevarlos al aula.

A través de la investigación y de hacernos miles de preguntas, descubrimos que la literatura puede ser realmente bonita y  resultar muy divertida para los niños, o por el contrario algo sumamente aburrido y árido según el enfoque que decidamos darle.

Hemos conseguido adquirir una visión general sobre los diferentes tipos de literatura que podemos encontrar, sobre cómo trabajar la literatura de diferentes momentos históricos y cómo animar a nuestros alumnos a que describan el maravilloso mundo de la literatura. Pero todo esto no sería posible sin aquellos que cultivan la literatura escribiéndola, contemplándola, admirándola y en definitiva, haciéndola posible.

Este último bloque completa nuestra formación en literatura en la universidad. Hemos aprendido muchos conceptos y estrategias didácticas, ahora solo falta que en un futuro podamos llevarlo todo a la práctica y poco a poco añadir a nuestros conocimientos actuales, nuevos conocimientos que adquiramos a través de la experiencia y que en definitiva nos hagan mejores maestros.

El objetivo de este bloque es, dotarnos de la capacidad de crear literatura en nuestros alumnos. Para ello debemos tener claro qué es la Escritura Creativa o Literatura y en qué se diferencia con la Escritura Informativa:

La Escritura Creativa se basa en la voluntad artística del autor, además tiene como finalidad el gozo estético a diferencia de la Escritura Informativa, cuya finalidad es comunicar con objetividad y precisión. Otra gran diferencia de la Escritura Creativa frente a la Informativa es el lenguaje. Si hemos señalado que el lenguaje Informativo debe ser objetivo y preciso, el Creativo se basa en la subjetividad, ambigüedad y está repleto de imágenes evocativas que buscan deleitar y conmover al receptor.

La siguiente pregunta que me viene a la cabeza es: ¿Cómo debemos enseñar a nuestros alumnos la Escritura Creativa?

Como rasgos generales debemos señalar que ha de tener como meta, el que los niños, disfruten al expresar su visión del mundo y sus sentimientos y hacerlo por escrito. La finalidad estética deberá prevalecer sobre cualquier consideración didáctica, aunque esta finalidad estará presente siempre.

La escritura será verdaderamente creativa, en la medida en que se le dé al niño plena libertad para expresarse; y él sienta que al producto de su imaginación y fantasía, se le otorga la credibilidad y el respeto que le otorgamos a lo que acontece en el mundo real.

Por último señalar que debe poderse clasificar dentro de alguno de los géneros literarios existentes: narrativa, lírica y 
teatro.


Sin introducimos en google la palabra “creación literaria” aparecen muchísimas propuestas interesantes que no sólo nos pueden dar ideas para llevar al aula, sino que podemos observar cómo ha sido el resultado de su aplicación en colegios reales, con alumnos de carne y hueso:


Todas estas propuestas tienen algo en común, introducen elementos sorprendentes para el alumno, son muy motivadores, animan al niño a crear, no presionan ni crean miedos en el niño y dan paso a la libertad creativa de cada alumno. Quizá estas sean algunas de las claves del éxito en la creación literaria y otros muchos ejercicios y actividades que planteemos en las aulas.

Investigando un poco por diferentes webs he descubierto que quizá una de las mejores opciones para animar a nuestros alumnos a crear es plantear un taller literario.

Arturo Santana, escritor mejicano dedicado a la educación primaria y secundaria propone las pautas necesarias para la creación de un taller literario de calidad en su blog “Desde el Asombro”.

Si algo es cierto, es que no abundan los talleres de literatura en las escuelas primarias y secundarias, y menos aún en los jardines de niños. Las actividades literarias en las escuelas de educación básica se han venido reduciendo a las lecturas esporádicas de cuentos y a la trascripción de textos. Los objetos literarios permanecen ocultos entre las páginas de los libros en espera de la imaginación. Los espacios y tiempos particularmente pensados para despertar a “los demonios” de la creación surgen y se reproducen en contextos extraescolares: bibliotecas públicas, casas de cultura, centros de escritores. Pero en los reductos de la educación básica, al parecer los maestros y las educadoras no han descubierto aún las bondades de los talleres literarios, concebidos como una estrategia didáctica orientada hacia el abordaje de los géneros tradicionales de la literatura infantil.

Propone que todo taller esté formado por cuatro pasos básicos que denomina: Conceptualización, Plan de Trabajo, Realización y Evaluación.

A continuación de forma sintética explicaré en qué consiste cada paso:

El primer paso denominado “Conceptualización” Se trata del  punto de partida. Este impone la necesidad de que el maestro tenga bien claro la naturaleza de un taller literario: qué es, cuál será su finalidad, qué tipo y modalidad adoptará, cómo se inserta en el programa oficial de trabajo. En esta primera etapa el maestro debe revisar y ampliar sus conocimientos acerca del desarrollo del lenguaje escrito, de la función poética de la lengua, de las características de los niños con los cuales va a trabajar, del tipo de objetos literarios pertinentes para cada caso. Debe responder a las interrogantes básicos de un proyecto de trabajo que expliquen y justifiquen la inversión de recursos y tiempos. Debe evaluarse, en suma, la pertinencia y posibilidad de diseñar un proyecto de trabajo en las condiciones escolares propias del medio en el cual se desenvuelve el maestro promotor.

El segundo paso o Plan de Trabajo, consiste en la elaboración del mapa que nos permitirá seguir un itinerario previsto, posee importancia determinante. Si el maestro que aspira a la creación de un taller literario es capaz de formalizar la orientación y el alcance de su proyecto, podemos afirmar que existe un amplio margen de garantía de éxito en su empresa. Con ese sentido deben preverse algunas cuestiones importantes:

a) La identidad. El maestro puede prever el inicio de las actividades del taller involucrando a los niños en la búsqueda de un nombre que lo identifique: una palabra, una frase, un escritor de trascendencia universal, un maestro con amplia trayectoria y reconocimiento.
b) El tipo de taller. Debe especificarse desde el origen, aunque el desarrollo pueda imponer los cambios necesarios: taller de lectura, taller de lectura y creación literaria, taller de cuento, etc. (en este caso el taller literario se refiere a Escritura Creativa)
c) El nivel de los “talleristas” dentro de la educación básica. El plan debe identificar al tipo de usuario al que va dirigido el proyecto, para estimar desde ahí el grado de exigencia del trabajo.
d) Los miembros del taller. Un taller literario no funciona con 30 o 40 integrantes. Los grupos de cada taller deben ser pequeños: no más de 15 niños. El maestro coordinador debe prever espacios y tiempos para resolver esta cuestión. En el mejor de los casos resulta conveniente formar varios grupos que participen en sesiones distintas del mismo taller.
e) Los espacios y tiempos de realización.
f) La utilería de apoyo. Dependiendo del tipo de taller y de sus miembros es recomendable tener a mano un cajón de útiles para apoyar personificaciones y atmósferas de la lectura: franelógrafo, máscaras, capas, sombreros, títeres, etcétera., pero cuidando no trasladar los pasajes del texto hacia la actuación. Los eventos de la representación dramática nos conducen hacia el teatro y un taller de esta naturaleza reclama aspectos no considerados en los talleres literarios.
g) El ciclo de duración. El interés de los “talleristas” será invariablemente el indicador más importante para establecer el punto de culminación de un proyecto de taller; sin embargo es conveniente fijar con antelación la extensión del ciclo: el año escolar, 20 sesiones, de carácter permanente, etc.

El tercer paso consiste en la “Creación”.
Las posibilidades de intervención pedagógica en la realización de un taller literario son infinitas. El papel del maestro será determinante para conferirle al proyecto una dinámica de informalidad acentuada por el respeto hacia todas las actitudes de los niños y por el  respeto hacia su libertad de expresión.

Por último llegamos a la evaluación:
En la secuencia metodológica propuesta la evaluación surge lógicamente en cuarto lugar, pero está claro que desde el principio de la “evaluación permanente” el maestro debe revisar la pertinencia de los recursos y las acciones de cada paso, a medida de que van ocupando su lugar en el proceso de construcción del taller. Esta consideración cuestiona la viabilidad del taller si no se reúnen las condiciones previas indicadas en la conceptuación, o bien si no se han resuelto las cuestiones instrumentales y operativas indispensables en la etapa de la planificación. Este paso incluye, por supuesto, la necesidad de introducir los elementos y los cambios en la estructura y funcionamiento del taller, con la perspectiva de convertirlo en un espacio vivo, atractivo y de alto impacto en los afanes de desarrollo de nuestros niños. La solicitud de los niños, su demanda por la existencia y permanencia de “su” taller son indicadores infalibles de la evaluación que el maestro debe considerar con la prioridad del caso.

Entre las conclusiones de la presente propuesta de trabajo cabe subrayar que el protagonista central de cualquier historia, objeto verbal, o situación presente y despierta en un taller literario es el niño. “Cuando el niño se identifica con alguna parte de la historia, debe tener tiempo para que hable de su experiencia en relación a la historia. La totalidad de las preocupaciones y de las acciones del maestro, sobre el contexto de un taller literario, deben girar alrededor de la imaginación infantil.


Visto un ejemplo de buen taller ahora surge otra gran pregunta: ¿Cómo estimular la creatividad e inspiración necesaria para crear?

Existen muchísimos métodos para la estimulación creativa pero sin duda un autor que destaca es Gianni Rodari, autor de “Gramática de la fantasía. Introducción al arte de inventar historias”. Otros autores interesantes son Louis Timbal-Duclaux autor de “Escritura creativa: Técnicas para liberar la inspiración y métodos de redacción”, el madrileño Antonio Orejudo, Rafael Reig, entre otros. (Estos dos últimos son actuales profesores de máster sobre escritura creativa http://hotelkafka.com/Master_Escritura_Creativa.htm).

Ya tenemos una idea general sobre cómo trabajar la escritura literaria pero ahora vamos a centrarnos en cómo trabajar cada uno de los géneros literarios. Como ya sabemos, cada uno tiene unas características específicas que los hacen diferentes, por tanto es obvio que el trabajo de cada uno deberá poseer matices distintos.
Dentro de la narrativa hay dos grandes géneros: Relatos breves (Cuentos y fábulas) y Relatos extensos (Novela y epopeya).

Evidentemente crear una novela con los niños no es algo que esté a nuestro alcance principalmente por la falta de tiempo, por lo que nos centramos en la creación de relatos breves; es decir la creación de cuentos y fábulas.
Para comenzar vamos a ver qué es eso del cuento: En términos generales, podríamos definir el cuento escrito como una narración breve que, habitualmente, gira sobre un solo asunto. El cuento tiene pocos personajes, y en él la acción es más importante que la caracterización de los personajes. Aunque la mayoría de los cuentos que conocemos  están escritos en prosa, estos también pueden ser escritos en verso.

El contenido (lo que se dice) y la forma (la manera como se dice) son caras del mismo objeto. El contenido y la forma del cuento  están constituidos en una unidad literaria indivisible por la totalidad de los elementos que lo componen. Tratar de separar el contenido de la forma en un cuento equivale a destruir su esencia.

Los elementos principales del cuento son: la trama, el ambiente, el tema, la caracterización de los personajes, el punto de vista del narrador y el estilo.

La trama  es la forma en que se articulan los acontecimientos en el cuento. Y se refiere a la interacción de los personajes con ellos mismos o con el ambiente (o sea, la acción).

El ambiente tiene que ver con el lugar, el tiempo y las circunstancias que moldean la actitud de los personajes.
Está claro que el autor de un cuento sabe todo lo que va a pasar en éste.  Sin embargo,  quien cuenta el cuento es el narrador; una voz ficticia creada por el autor para que lo represente y hable por él.

Hay dos tipos de narradores: el narrador omnisciente y el narrador casi-omnisciente.

Omnisciente  es el narrador  que conoce la totalidad de lo que acontece en la trama: el estado de ánimo de los personajes, lo que estos ven, hacen, dicen y piensan, Casi-omnisciente es el narrador que cuenta sobre  lo  que observa, pues ni penetra en la mente de los demás personajes ni conoce las  intenciones de estos.

Toda narración encierra una serie de características básicas, estas son:

En la narración los verbos ocupan un lugar destacado, pues, al narrar lo que hacemos es contar una acción.  Predominan en la narración los verbos en pretérito perfecto simple: bailé, fuimos, jugaron, etc.

 El ritmo de la narración depende de la forma en que ordenas las palabras para construir oraciones.

 • Las oraciones largas y complejas dan impresión de lentitud.
 • Las oraciones cortas y sencillas dan impresión de dinamismo.

Para crear una narración efectiva debemos seguir una serie de pasos:

1. Selecciona los sucesos que vayas a narrar y distingue entre los que son fundamentales y los que sólo son accesorios.
2. Elimina cualquier detalle que tienda a distraer la atención del asunto que deseas narrar.
3. Busca captar la atención del lector y procura mantener su interés en lo que narras.

Fundamental en la creación de prosa serán los personajes:

El mayor de los retos que encara el autor, y quizás el más difícil de superar, es el de enfrentarse a la página en blanco. Lo anterior es así, porque las primeras oraciones del primer párrafo, aun después de concebido el argumento, son siempre las más difíciles de plasmar.

Para inventar personajes, y  darles cierta vida, lo que tenemos que hacer es pensar en algo o alguien. Pensar en alguna cosa, en algún animal o en una persona.

Luego le damos un nombre e inventamos los rasgos que lo caracterizan; describiendo su apariencia, sus costumbres, y su relación con otros personajes o con el ambiente.


De manera breve podemos establecer unas pequeñas diferencias de la fábula frente al cuento: en la fabula todos los personajes son animales, y al final tiene como objetivo dejar una moraleja. Por tanto, si lo que queremos es que el niño cree fábulas y no cuentos debemos en primer lugar mostrarles fábulas para que puedan ver estas diferencias. A la hora de crear el personaje deberá seguir las pautas señaladas anteriormente pero teniendo en cuenta que ha de ser un personaje. El resto de las características se mantiene; sólo varía que todo lo que narren debe encerrar una moraleja al final.

Debemos tener en cuenta que la forma de puntuar es fundamental para que el receptor comprenda lo que se pretende expresar. También, tenemos que enseñar a los niños a revisar la ortografía y a usar sinónimos si no se conoce la palabra o a buscar en diccionarios para subsanar dudas. Por último, hacer alusión a la forma de escribir. Cada persona tiene su forma particular de expresar lo que siente. No debemos dejar que los niños copien a otros o que copien fragmentos de cuentos ya que distorsiona la manera de escribir. Lo que debemos fomentar es el mantenimiento de esa forma particular de cada uno de expresar y desarrollarla al máximo.


Pasamos a otro género literario: la poesía. La poesía o lírica encierra numerosas características que normalmente resultan complejas y entrañan mayor dificultad a la hora de crear.  He encontrado consejos para la creación literaria que pueden ayudar a crear poesía pero es importante destacar que sólo son consejos y no pautas o reglas que debamos seguir obligatoriamente.

En primer lugar sería apropiado buscar un lugar, momento del día y en definitiva crear un ambiente propicio que probablemente sea diferente para cada persona. Antes de comenzar a escribir debemos pensar y escoger una idea de todas las que nos puedan surgir. Cuando vayamos a plasmar esa idea en el papel debemos tener en cuenta las herramientas poéticas (tipos de rima, el símil, etc).

Hay multitud de formas de trabajar la poesía, estas son algunas de las técnicas que propongo:

Poema de grupo partiendo de palabras dichas al azar.

 Se elige un tema (colegio, familia, mar, campo, historia...) y cada uno dice una palabra referida al tema. Hacemos otra ronda y cuando cada uno ha dicho dos o más palabras forman una frase y la van diciendo con voz normal, susurrando, gritando, riendo, cantando, preguntando... Después se construye un poema entre todos con las frases que parezcan más sugestivas. 

Poemas al modo de "canciones de ciego".

 El grupo inventa historias y luego eligen la que más les guste. Cada niño hace una escena de la historia y se colocan en un panel. Luego se hacen versos para cada escena y se recitan a modo de "canciones de ciego", saliendo cada niño a decir su verso señalando la escena con un puntero. 

Pareados.

 Los pareados constituyen un excelente recurso para que los niños se suelten a hacer versos, y no tiene más misterio que buscar oralmente palabras que rimen con una dada y luego hacer el pareado. Ej.: Azul/ abedul, gandul, tul.

                          La golondrina asciende en el azul
                          envolviéndose traviesa con su tul.
 
Versos encadenados.

Buscar palabras que expresen un sentimiento: Alegría/ felicidad, risa, sonrisa, amigo, calor... Después se hacen frases que expresen una sensación y se escriben encadenándolas y completando lo que haga falta. 

Respuestas a preguntas.

¿De dónde vienes?, ¿Qué más quieres?, ¿A dónde vas?, ¿Qué me quieres regalar?, ¿Quién eres?... Las preguntas y respuestas se encadenan buscando una sonoridad y un significado adecuado. Es muy útil recurrir a las repeticiones al estilo de Lorca en la poesía "Agua, ¿dónde vas?" 

Completar estructuras.

Pedir que rellenen las líneas o trozos vacíos de versos dados, sin que sepan de dónde procede. Al final puede enseñárseles el poema de donde se ha tomado la estructura:

     Ejemplo: 
   
  Bajo el naranjo-----------------           Bajo el naranjo lava
  ------------------------------------           pañales de algodón
  tiene------------------------------           tiene verdes los ojos,
  y-----------------------------------           y violeta la voz,
   ¡Ay, amor,                                       ¡Ay, amor,
   ------------------------------------          bajo el naranjo en flor!
                                                         ("La Lola", F. G. Lorca).
Acrósticos.

 Se escoge una palabra y se escribe en vertical, cada letra será la que comience un verso. 

Buscar encadenamientos.

Al estilo de: "La plaza tiene una torre/ la torre tiene un balcón/ el balcón tiene una dama/ la dama una blanca flor..." 

Comparaciones.

 Se buscan adjetivos y verbos y se establecen comparaciones, luego se escriben en forma de verso. 

     Ejemplo:    Dulce como (un caramelo)
                        Más alegre que (un tambor)
                        Corrí como (una gacela)
                        Era sólo (corazón). 

Caligramas.

 Escribiendo el poema y dibujando la forma del contenido del mismo (olas, peces, flores, fantasma...) 

El "Limerick".

Es una técnica que propone Gianni Rodari. Se trata de un género organizado y codificado del sinsentido. Son unos versos que siempre mantienen la misma estructura: 

Primer verso- Define al protagonista   

Segundo verso- Indica sus características    

Tercero y Cuarto versos- Se realiza un predicado     

Quinto verso- Epíteto final extravagante 
                                 Era un viejo de colina
                                 de naturaleza fútil y cansina. 
                                 Sentado sobre una roca 
                                 cantaba nanas a una mariposa 
                               aquel didáctico viejo de colina. 

Pueden introducirse variantes: el segundo verso puede dar las características de un objeto que se posee o una acción que se realiza y el tercero y cuarto, expresar la reacción de los espectadores. 

   Un señor muy pequeño de Sevilla
   se subió a lo alto de una silla,
   y aún estando en las alturas
   no aumentó en nada su estatura.
   Aquel buen figurilla, microenano de Sevilla. 


Estas son algunas de las técnicas de creación de poesía no obstante puede haber tantas como se nos ocurran y cuanto más originales y sorprendentes a los ojos de los niños más motivador resultará el trabajo de creación de poesía.


La práctica será clave para mejorar como poeta. Leer poesía ayudará a nuestros alumnos a mejorar en sus creaciones. Podemos proponer la lectura de las siguientes poesías aunque he de decir que la mayoría de ellas son más apropiadas para infantil y primer ciclo de primaria por los temas que tratan pero, variando el contenido podemos encontrar multitud de poesías para cursos posteriores:


Un ejemplo que me ha gustado mucho es el siguiente taller de poesía:


Ahora pasamos a otro género literario que de la misma forma que los anteriores, posee características propias que lo hacen único y diferente.

La escenografía, el vestuario, el maquillaje, la iluminación y la actuación de los personajes sirven para describir y exponer en forma audiovisual la situación que se representa. El teatro moderno aprovecha recursos técnicos tales como proyecciones de diapositivas, películas y efectos especiales de iluminación y sonido entre otros. La construcción dramática tiene además la enorme ventaja de que reúne en  sí las diferentes manifestaciones del arte: La música, el baile, la pintura, la literatura, etc.

Anteriormente se utilizaba un personaje narrador que explicaba el argumento en forma general a los espectadores, intervenía en las descripciones de la escena y daba opiniones sobre lo que estaba aconteciendo o por acontecer. Esta forma de exposición está actualmente en desuso, aunque todavía se emplea en obras breves. Sin embargo, la tendencia teatral moderna prefiere utilizar el diálogo para exponer el asunto de la obra, y la actuación de los personajes para desarrollar la acción.

El niño deberá tener claro qué es cada elemento que interviene en el teatro: Algo útil sería la creación de un glosario que introdujese términos como por ejemplo:

Acotaciones
Notas o  indicaciones en el libreto con  sugerencias de cómo se debe presentar la obra. Las acotaciones van  dirigidas al director y a los actores y dan instrucciones sobre la escenografía, movimientos, gestos, etc.
Actos
Interrupciones programadas en la representación que sirve de descanso a los actores y al público. Es costumbre dividirlos en cuadros que a su vez se subdividen en escenas. Usualmente se baja el telón tras cada acto.
Diálogo
Conversación entre dos o más personas
 Entradas y Salidas
Son acotaciones que nos indican cuando un personaje entra o sale de escena.

Un recurso muy útil y que sirve de gran ayuda a la hora de crear teatro es  el “Mapa de obra”. La estrategia Mapa de la obra,  consta de una serie de preguntas que se pueden aplicar a cualquier obra dramática (o cuento).  El maestro deberá modelar su uso; luego pedirle a los estudiantes que trabajen la estrategia, y ayudarlos a hacerlo. Más tarde, cuando estos estén capacitados, pedirles que la trabajen de forma independiente. Los diagramas son de gran ayuda para la enseñanza de la escritura creativa, pues ofrecen al escritor, una visión gráfica de la estructura de la obra, facilitándole establecer secuencias y captar el esquema general de ésta.

Ejemplo:

Ambiente ¿Dónde se desarrolla la obra?
¿En qué época se desarrolla?
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Personajes ¿Quiénes son los personajes principales?
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Problema ¿Qué problema enfrenta el protagonista?
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Meta ¿Qué intenta realizar el personaje principal?
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Trama ¿Cuáles son los sucesos más importantes que ocurren en la obra?
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Desenlace ¿Cómo se solucionó el problema?
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Todo esto se podría englobar en un taller de creación literaria donde se tuviesen en cuenta todos los elementos fundamentales del teatro y la estructura que este debe presentar.

La creación literaria en cualquiera de sus formas fomenta la creatividad, la imaginación, la flexibilidad mental a la vez que el aprendizaje de características, formas, estructuras, lenguaje, vocabulario, entre otros. Por tanto es un recurso muy rico y fundamental que no debemos olvidar y que debemos llevar al aula de una forma motivadora y entretenida que despierte en el niño las ganas de crear y escribir y de mejorar en esta forma de expresión.

Y, ahora nos toca a nosotros. En la siguiente entrada colgaré una muestra de breves creaciones tanto en prosa, verso como en teatro.

Fuentes consultadas:


1 comentario:

  1. Muy bien. Te faltaría incidir un poco más en los aspectos relativos a la creatividad tal y como los planteaba Rodari. Para ello os colgué una presentación de diapositivas.

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