miércoles, 26 de octubre de 2011

Cómo acertar a la hora de elegir un buen libro para nuestros alumnos...

A finales del siglo XIX, el tener un libro era cosa de familias pudientes. Imprimir un libro y más si este poseía algún tipo de ilustración tenía un coste muy elevado, por lo que los que accedían a este “lujo” eran exclusivamente las familias adineradas.

Evidentemente, si el poder comprar un libro era un lujo, las ventas de estos eran escasas, ya que familias con dinero había pocas. Un editor vio la oportunidad en la literatura infantil y se le ocurrió crear unos libros de bolsillo que salían cada semana, y cuyo coste era mucho más reducido, por lo que podían ser  vendidos a la clase media. De esta forma, se crea la primera editorial de literatura infantil: Saturnino Calleja e hijos”.

En esta época la idea de literatura-didáctica seguía presente en cada libro “para niños” sin tener en cuenta cuáles eran los gustos reales del niño. El objetivo secundario de estos libros era el mero entretenimiento.

Los personajes que aparecían en cada cuento de Calleja eran planos y siempre se les definía con dos características (Feo-Malo)(Guapa-Buena).

Similar a la literatura de Saturnino Calleja fue la de Salvador Bartolozzi. Sus libros más comerciales fueron: “Pipo y Pipa” y “Pinocho y Chapete”.  Los personajes en este caso no eran definidos por dos características, como en los libros de Calleja, sino que eran héroes que hacían cosas increíbles y que los niños admiraban.

Elena Fortún en 1928 creó el primer personaje que abandona lo lineal para tener psicología. Era una niña llamada Celia. Celia iba creciendo junto a las niñas que leían sus aventuras.  Todo lo que le ocurría y todo lo que pensaba, coincidía con la etapa evolutiva y gustos correspondientes a su edad.
Estos libros los leían principalmente las niñas, pero Elena Fortún también creó una serie de libros que trataban las aventuras del hermano de Celia, que fueron más acorde con los gustos propios de los niños.

Borita Casas fue otra de las iniciadoras de la literatura infantil de calidad. En un primer momento escribió  guiones radiofónicos que tuvieron mucho éxito y que acabó convirtiendo, muchos de ellos, en libros. El más conocido fue: “Antoñita la Fatástica”. Lo mismo ocurrió con el libro más célebre de Eduardo Vázquez: “Matilde, Perico y Periquín”, que en 1955 comienza a emitirse en cadena SER como serial, teniendo un gran impacto y éxito, y posteriormente siendo editado como libro.

En esta época surge el primer libro ilustrado a color, de la mano de la autora Emilia Cotarelo. Publicará una extensa colección bajo el nombre de “Mari Pepa”.

Los años 70 suponen un giro total y absoluto para la literatura infantil. Surgen las primeras editoriales que cubrirán las necesidades de introducir libros en el aula, también comenzarán a nacer libros que consisten en una  serie de reivindicaciones sociales en la que el niño busca su lugar en la sociedad:  es uno más en la sociedad, con características especiales y no “un adulto pequeño”. “Oliver Button es una nena “de Tomie de Paola, publicado en 1979, será un ejemplo claro de esta nueva temática.

Si los años 70 significaron un giro absoluto y un gran progreso para la literatura infantil, los años 90 son quizás los que han supuesto un mayor cambio respecto al mercado editorial. Los libros serán creados cuidadosamente para el niño, obras con variaciones según la edad específica del niño al que irá dedicado.

Es importante destacar que la literatura infantil de autor es sólo una pequeña parte de este tipo de literatura y que a lo largo de la asignatura iremos conociendo otros ámbitos como la literatura folclórica, la poesía o el teatro.

Tras realizar un breve recorrido por la principal literatura de autor para niños, es hora de centrarnos en qué es fundamental para nuestra labor de maestros, es decir, qué criterios debemos tener en cuenta a la hora de seleccionar un libro, de acuerdo con la etapa evolutiva en la que se encuentra el niño, así como sus gustos.

Durante las últimas clases hemos llegado a la conclusión de que para poder acertar con la selección, debemos basarnos en un aspecto objetivo (etapa evolutiva) y un aspecto subjetivo (los gustos), que varía con asombrosa rapidez.

Basándome en el modelo que propuso Piaget, los niños van pasando por diferentes etapas en su evolución:

Su recorrido por estas, comienza tras su nacimiento y hasta los dos años.  A esta etapa Piaget la denominó Sensorio-Motora. El niño no es más que un imitador innato que repite constantemente las acciones que percibe de los adultos y descubre el mundo que le rodea, a través de los sentidos. Es evidente que al niño a esta edad no le puede interesar la lectura, sino el propio libro, que lo comerá, chupará, romperá y tirará, es decir, todo menos leerlo, ya que busca descubrir qué son todas aquellas “cosas extrañas” que le rodean.

A partir de los 18 meses el niño comienza a entrar en una nueva etapa, que Piaget llamará: Periodo de preparación y operaciones concretas.
Dentro de esta etapa se distinguen dos grandes subetapas:

 La primera de ellas abarca desde los dieciocho meses hasta los aproximadamente siete u ocho años. El niño comienza a memorizar, es capaz de evocar objetos ausentes, le empieza a interesar dibujar  (garabateo) y lo que para nosotros es más importante, comienza a entender y producir el lenguaje. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los niños continúan siendo muy egocéntricos y que su mundo se basa en ellos y sus familiares más cercanos, por lo que leerles cuentos sobre los valores de la amistad, travesuras y aventuras de grupos de amigos, no tiene para ellos ningún sentido.

Concretando un poco más sobre las edades, podríamos decir que los tres años es la edad de las continuas preguntas (¿por qué?). Por lo que bajo mi punto de vista, es el momento de, a través de la narración de cuentos, descubrirles el mundo en el que viven.
 A los cuatro / cinco años, el niño confunde continuamente fantasía con realidad y por tanto en esta etapa lo que más le gustará será que los cuentos que se trabajen con ellos contengan historias llenas de fantasía, les hablen de mundos diferentes, maravillosos, etc.
A partir de los seis años comienzan a comprender rasgos de la personalidad, conceptos sociales, manejan la mentira, la ironía. Se trata, por tanto, de un momento idóneo para introducir libros que contengan moralejas y que les enseñen a comportarse ante diferentes situaciones.

El segundo subperíodo o subetapa comienza aproximadamente a los siete u ocho años. Con estas edades el egocentrismo deja paso a una descentralización cada vez mayor que implicará que el niño se despegue poco a poco de la familia y busque el cariño, admiración y valoración social.  La fantasía deja paso a la realidad. Es por tanto una etapa en la que, de forma general, el niño se verá atraído por libros que hablen de amistad, que plasmen situaciones con las que ellos se sientan identificados y donde el protagonista sea un niño con rasgos comunes a él/ella.

Teniendo en cuenta los momentos evolutivos del niño, podríamos realizar una preselección que probablemente sería acertada desde el punto de vista educativo pero que posiblemente en numerosas ocasiones sería rechazado por el niño por no estar en su “onda”. Es por tanto necesario buscar cuáles son los gustos actuales de los niños, cuál es la moda que siguen y qué les interesa más.  He llegado a la conclusión de que dentro de los gustos, existen unos patrones que parecen permanecer o por lo menos no variar tanto y otros, que son fruto del marketing y tendencias del momento. Debemos tener en cuenta ambos.

Por último, algo que es fundamental tener en cuenta  a la hora de seleccionar un libro son los aspectos tanto formales como editoriales. Un punto importante a la hora de escoger es el lenguaje. Este debe estar estructurado de forma sencillas (frases cortas, vocabulario adecuado a la edad del niño) y deberá ser similar al que ellos emplean.

Una buena literatura infantil siempre debe ir acompañada de ilustraciones llamativas, ¿por qué?, porque la motivación es fundamental y cuando eres pequeño e incluso cuando eres adulto, es lo primero que juzgamos en un libro, es el primer contacto con este. Lo abrimos, lo ojeamos y si nos atrae visualmente lo leemos.

Para acertar con la elección de una lectura para nuestros alumnos, además de todo lo nombrado con anterioridad, será necesario que no fijemos con detalle en aspectos como el tipo de personaje, el espacio y el tiempo en el que se desarrolla la acción, los valores que recoge el libro y su estructura.

Los personajes deben ser cercanos, sencillos, con características psicológicas similares a las que puede tener el receptor; en definitiva, personajes con los que el niño se pueda sentir identificado.  Cuando digo, espacio y tiempo, me refiero al contexto en el que está escrito. Este debe ser, o bien familiar para el niño o indefinido (En un lugar muy lejano…), muy característico de los libros de fantasía y ficción. Siempre la literatura infantil a través de los personajes introduce valores que ayudan al niño a comprender por qué se deben comportar de una determinada forma u otra.  Por último, respecto a la estructura, concretar que esta ha de ser clara para que el niño sea capaz de entender el libro en su totalidad.

Para terminar de contestar a las preguntas sobre literatura infantil que han surgido en clase, vamos a responder a continuación a la cuestión planteada, de si los géneros literarios infantiles, poseen las mismas características que los de los adultos.
Tanto el teatro, la prosa como la poesía infantil comparten características con la adulta, sin embargo encontramos determinados rasgos que la hacen diferente. 

El teatro siempre tiene un parte literaria (el texto) y otra parte no literaria (la representación o interpretación). Tanto en la parte literaria como en la no literaria, hay alteraciones. Se introduce en mayor medida la exageración y la apelación, ya que el público infantil se suele distraer con facilidad y para mantener su atención, continuamente, se debe hacer uso de estos recursos. El vocabulario es más simple, las estructuras lingüísticas sencillas con frases cortas. Otra variante del teatro infantil es el tipo de personaje. Estos deben representar personalidades muy marcadas, deben diferenciarse muy bien unos de otros y el número suele ser reducido con el fin de que los niños no se líen y puedan comprender la obra. Los intérpretes deber hacer uso de la exageración, de los gestos y apelar para que haya una mayor comprensión por parte del niño.

La prosa, como hemos ido viendo, ha sufrido grandes variaciones a lo largo de la historia. En la actualidad la característica principal de la prosa infantil es que el protagonista suele ser un niño que nunca es plano. Se trata de un héroe cotidiano, cercano y sencillo con el que los niños se sienten identificados y aspiran a parecerse. Se juega mucho con la introducción de “niños buenos” y “niños malos”. La historia del “niño bueno” siempre es buena, exitosa, sorprendente e ideal; ocurriendo lo contrario con el “niño malo”.  La forma en la que se escribe, al igual que ocurre en el resto de géneros, es más sencilla, posee un vocabulario simple y estructuras que simplifican la lectura y la hacen asequible al niño.

La poesía infantil da un cambio radical a partir de los años setenta con la fabulosa poetisa Gloria Fuertes. Previamente, los temas usualmente empleados eran los animales, situaciones cotidianas, aprendizaje sobre la vida, los valores, etc.  y la forma era similar a la poesía adulta pero simplificada y adaptada al niño. Sin embargo, Gloria Fuertes hará una poesía que al niño le gustará, pues observando qué es lo que les gustaba, creó una poesía diferente, basada en la magia, la fantasía y los juegos. Las rimas eran muy sencillas y breves e  introduce juegos de palabras y fonéticos.

Fuentes consultadas

lunes, 24 de octubre de 2011

En profundidad....

¿Cómo surge “Matilde, Perico y Periquín”?

El 30 de marzo de 1955 comienza a emitirse en la Cadena SER lo que quizás pudo ser el primer serial radiofónico. Tuvo un enorme impacto entre la audiencia española. Tan grande fue el éxito que la emisión de esta serie duró dieciséis años.

Escuchar esta serie, se convirtió en poco más que un ritual en muchas casas españolas. Se emitía antes de la hora de cenar y toda la familia se instalaba alrededor de la radio para no perder detalle.

La trama de este serial consistía en una descripción de las travesuras que llevaba a cabo cada día Periquín. Su padre era don Perico, el cual siempre escondía su verdadera intención de castigar y regañar a Periquín por sus travesuras, lo hacía siempre empleando la ironía (Periquín guapo, ven aquí…!). Siempre comenzaba y terminaba de la misma forma: primero se contaban las travesuras y cada capítulo se cerraba con don Perico y su regañina a Periquín.

La emisión finalizó el 8 de octubre de 1971 con el fallecimiento del actor que interpretaba a Perico.
Más adelante Eduardo Vázquez guionista de la serie, lo convertirá en un maravilloso libro.










Un vídeo muy interesante recoge un breve fragmento del serial: 










miércoles, 5 de octubre de 2011

Introducción a la literatura


La introducción a la asignatura ha consistido en una reflexión activa sobre el término literatura infantil.  Durante varias clases hemos realizado una “lluvia de ideas”, sobre las que hemos reflexionado, llegando a la conclusión de que para averiguar qué es literatura infantil, es absolutamente necesario comprender, qué es literatura y cuáles son las características que diferencian estos textos de los demás.


Después de seleccionar las ideas que realmente describen qué es un texto literario y descartar las que a pesar de ser características de estos textos no lo son exclusivamente, sino  que son generales de cualquier texto, hemos sido capaces de darle una definición al término literatura. Para ello hemos tenido en cuenta la evolución que ha sufrido a lo largo de la historia. La Real Academia Española, en el siglo XVIII la definió como: "arte de la palabra escrita". Esta definición estaba coja ya que faltaba algo fundamental: se excluía toda la literatura que se transmite o se ha transmitido de forma oral. A finales del siglo XIX principios del XX, se completa la definición incluyendo la literatura oral de la siguiente manera: literatura: arte de la palabra, oral o escrita.

Para poder diferenciar los textos literarios del resto, comprobamos que era imprescindible aclarar nuestras ideas y llegar a una serie de características que nos permitiesen tener claro, qué es realmente literatura y qué no lo es. Para ello hemos sintetizado entre todos, unos rasgos concretos que nos permiten realizar esa diferenciación:

El texto literario se caracteriza por la especial atención que recibe el mensaje. Este tiene mayor importancia que el contenido. En el proceso de creación, el escritor se detiene en la estructura, que hace referencia al contenido y a la forma.
Se utilizan una serie de recursos literarios, que junto con el lenguaje, pretenden crear algo bello. Esta pretensión se denomina: intencionalidad estética, que se verá reflejada en todo el texto.

Como hemos señalado anteriormente, cada texto consta de una estructura y una forma específica según al género al que pertenezca. Los textos literarios, por tanto, tienen una estructura concreta. (Ej. El verso en el caso de la poesía o la disposición en forma de diálogo en el teatro.) . Atendiendo a este criterio, es por tanto fundamental que cada texto pueda ser inscrito en cualquiera de los géneros literarios que abarca: prosa, verso o teatro.
Otra característica fundamental es la voluntad artística. Se emplea el lenguaje de tal forma que la intención es la creación de una obra de arte. No existe, pues, una finalidad práctica, sino puramente estética. Hay casos en los que esta intencionalidad artística es sustituida por intereses económicos. (Este es el caso de numerosos “best seller”). A este tipo de literatura se le denomina: “Subliteratura”.

Siguiendo con nuestro recorrido por las principales características de los textos literarios, no podemos olvidar mencionar, que para que un texto sea literario debe ser forzosamente de ficción, incluso cuando están inspirados en la realidad. Cuando no hay una intención artística y no se trata de algo ficticio, se trata de “Paraliteratura”. Las biografías por ejemplo, pertenecen a la Paraliteratura. Por consiguiente, tanto la Subliteratura como la Paraliteratura están relacionadas con la literatura, pareciéndose mucho pero sin llegar a serlo.

Por último,  y ya fuera de las características especificas de los textos literarios, destacar que, dentro de las funciones de lenguaje de Jakobson la más empleada es la función poética (los textos literarios son los que más utilizan esta función) y la función expresiva, que se refiere al estilo del autor.

Teniendo claro por tanto qué es literatura y qué no, podemos centrarnos en comprender en qué consiste la literatura infantil. Se podría definir como: toda producción que tiene como vehículo la palabra con un toque artístico o creativo y cuyo receptor es el niño, es decir, aquella cuyo objetivo es crear arte para el niño.

Es una literatura de receptor implícito, ya que está destinada a un determinado público: el infantil. Sin embargo, durante las reflexiones que llevábamos a cabo en clase, nos iban surgiendo una serie de preguntas, referentes a cómo establecer los límites entre literatura infantil y juvenil. Si algo nos ha quedado claro, es que la edad mental muchas veces no tiene nada que ver con la física, y por tanto, encasillar a un niño por su edad física es un error. Sin embargo, es evidente que se necesita, en términos objetivos, establecer unos límites de edad. La respuesta a esto la dio la editorial “El barco de vapor” (primera colección de literatura escolar), siendo referencia para toda España. Diferenció cuatro series en función de la edad de los lectores: la serie blanca para primeros lectores (0-5 años); serie azul (6-8 años); serie naranja (8-10 años) y serie roja (10-12 años). Coincidiendo cada serie con los diferentes ciclos de primaria y en el caso de la blanca con la etapa de infantil.



Por tanto definimos literatura infantil como aquella que abarca desde los cero a los doce años, y cuyo objetivo fundamental, es crear arte para el niño.

Para acabar con la introducción a la asignatura, hemos analizado la última parte del título. Quizás sea el término más ambiguo de los tres, sin embargo hemos llegado a la conclusión unánime de que se trata, de lo que al fin y al cabo, sabe una persona sobre literatura.

Aplicando esta definición a la escuela, podríamos afirmar entonces que la cultura literaria es el conjunto de conocimientos básicos que son necesarios que el niño tenga, para poder comprender mejor la literatura.
Fuentes consultadas: clase de literatura española, literatura infantil y educación literaria.

El curriculum vigente actualmente para la educación primaria, recoge la necesidad de que el niño reconozca literatura a lo largo de su evolución a través de los tres ciclos de primaria. Lo hace de la siguiente forma:
La educación literaria comienza con una  primera aproximación del niño a la literatura de manera sencilla, natural, a través de los sentidos, del juego. Escuchar los textos, imaginar a los personajes, explorar y jugar con la escritura, deben convertirla en una experiencia placentera, divertida y deseada por el niño.
Desarrollando su curiosidad por los textos, por las historias; haciéndoselas atractivas y fáciles de entender, conseguiremos crear un hábito lector.
La escucha de textos literarios y la lectura guiada y en voz alta, comentando y compartiendo entre todos los textos, haciéndolos comprensibles, es fundamental en el Primer ciclo. Jugaremos con refranes y adivinanzas; manifestaremos sentimientos con la poesía e interpretaremos personajes teatrales.
Poco a poco fomentaremos la lectura silenciosa y personal en el Segundo y Tercer ciclo, valorando la autonomía lectora y las preferencias personales, aunque siempre guiando al niño. Introduciremos además, distintos medios audiovisuales para continuar haciendo la literatura atractiva y cercana a su mundo.

Otra forma de aprender

Versos para la ortografía. Otra forma de aprender.

Si algo he aprendido en los últimos años es que para que un niño aprenda tiene que estar motivado, tranquilo y relajado. Hay conceptos que forzosamente han de adquirir desde muy temprana edad y que en ocasiones son algo áridos. Quizá la clave es cómo les planteamos las cosas. Gloria Fuertes ha sido un extraordinario ejemplo de persona que comprende la mentalidad del niño y ha sido capaz de llevar al juego casi cualquier tema.  Cuando hablamos de ortografía a la mayoría de nosotros nos vienen a la cabeza conceptos tales como: “rollazo”, “esfuerzo”, “memorizar”, “pesadez”, “puf…” ¿Y si nos hubieran enseñado las reglas ortográficas de otra forma?, yo propongo una idea, a través de la poesía:

VERSOS PARA LA ORTOGRAFÍA
A lavar la ropa con uve,
alabar a Dios con be.
Huevo con 
hache y tomate,
apto de aptitud con pe.
Arroz se pone con leche
y sin hache, 
claro es.
Vino, con agua y con uve,
ceniza, gris y con ce,
turbante -gorro elegante-
bisonte van con be,
en cambio ve de ir, con uve,
pito y Pepito con pe,
hule y hierba van con hache,
hielo con hache también;
diptongo ria con 
hongo,
y es muy difícil poner,
tiene una pe intercalada
entre la i y la te.
Diptongo rima con hongo
y es my 
difícil poner.

lunes, 3 de octubre de 2011

Emilio Duró. Optimismo e Ilusión (una lección de vida)

¡La vida hay que tomarla con ilusión! Y con esa ilusión comienzo mi blog y este nuevo curso.
¡Bienvenidos!, aquí os dejo una lección de vida que por lo menos en mi, ha marcado un antes y un después, os la cuelgo y espero que os provoque las mismas sensaciones que a mi...